No es un capricho.
No es una huelga abusiva.
No estamos aislados.
No somos limosneros ni recaudadores.
No somos bárbaros.
No somos autómatas.
No es una rabieta de señoritos.
No estamos divididos.
No somos un colectivo pendenciero.
No merecemos ser el chivo expiatorio de otras políticas.
Siendo el problema lisa y llanamente de Justicia. Porque si 9000 trabajadores hacemos el mismo trabajo que otros 40.000 en un ámbito funcional absolutamente idéntico no es tolerable para la razón y la justicia que unos trabajadores cobren 300 euros más que otros, realizando el mismo trabajo.JOSE RAMON CHAVES GARCIA profesor de la asignatura de Dcho. Internacional Público y Relaciones Internacionales de la Universidad de Oviedo.
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